"Un acuerdo de paz debe ayudarnos a lograr más equidad, también para las mujeres"

Beatriz Quintero, secretaria técnica de la Red Nacional de Mujeres. Foto: Archivo personal

La Federación  Luterana Mundial- FLM Programa Colombia habló con Beatriz Quintero, secretaria técnica de la Red Nacional de Mujeres, sobre el contenido del documento "Cinco claves para un tratamiento diferencial de la violencia sexual en los acuerdos sobre la justicia transicional en el proceso de paz". El texto, redactado por la Red junto con organizaciones como Sisma Mujer, Humanas Colombia y la campaña “No es Hora de Callar”, fue enviado a las delegaciones del  Gobierno y las FARC en la Mesa de Conversaciones para la Terminación del Conflicto en La Habana.  

 

FLM- ¿De dónde surgió la idea de escribir este documento?

B.Q- Nos reunimos un grupo de organizaciones y mujeres que llevamos muchos años trabajando en la construcción de paz, considerando que el tema de la violencia sexual en el marco del conflicto armado está silenciado en los compromisos hechos hasta ahora en la Mesa de Conversaciones: Se habla de minas antipersona, reclutamiento forzado de niños y niñas, sanciones, etc, pero la violencia sexual, aunque ha estado presente en las discusiones, aún carece de profundidad en su tratamiento. Nos asalta el temor de que las negociaciones terminen sin que se hable del tema o se deje para después, por eso lo enviamos desde ahora a La Habana. 

 

FLM- ¿A quién ha sido dirigida la propuesta y qué impacto ha tenido?

B.Q-  La dirigimos recientemente a las dos delegaciones: Gobierno y guerrilla, y contiene consideraciones referentes al desescalamiento del conflicto, las condiciones para que las mujeres tengan garantías para ejercer sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, entre otros temas. También hemos pedido que se impartan órdenes inmediatas de no violar a las mujeres en medio de la confrontación y que haya compromisos expresos de las dos partes, como incluir la violencia sexual como uno de los indicadores de cumplimiento de un eventual cese bilateral al fuego.

El documento se envió hace poco y estamos muy atentas a la respuesta de los dos equipos negociadores. Nuestro reto es que La Mesa de Conversaciones y toda la sociedad colombiana aprendan que la violencia contra las mujeres es inaceptable.

 

FLM- ¿Por qué es tan importante que en la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno y las FARC se hable de la violencia sexual en el marco del conflicto?

B.Q- Porque la violencia sexual es ejercida por todos los actores armados, aunque se resisten a reconocerlo, algo que resulta curioso porque es un tipo de violencia que se ejerce muy fácilmente. Aunque no puede afirmarse que la violencia sexual sea una orden expresa, sí es una clara evidencia de la discriminación en contra de las mujeres, del desequilibrio de poder y de la desigualdad existente en este país: no se viola a alguien a quien se considera igual. Hay pocas denuncias y el propio Estado reconoce que hay subregistro en los casos denunciados, es decir, son muchos más de los que se conocen.

Adicionalmente, tanto las FARC como las Fuerzas Armadas dicen tener protocolos en los que se prohíbe la práctica de la violencia sexual, pero estos no se cumplen. Las mujeres están bajo todos los fuegos, en constante situación de vulnerabilidad. Y si el tema de la violencia sexual permanece invisible durante las negociaciones, el mensaje para las mujeres víctimas será muy negativo durante el postconflicto.

 

FLM- Aunque no hace parte del tema del documento, otro tema del que se ha hablado mucho es de la escasa representatividad y nivel de liderazgo de las mujeres en la Mesa de Conversaciones en La Habana ¿Cuál es su opinión al respecto?

B.Q- Aunque en el equipo del Gobierno hay actualmente dos mujeres en calidad de delegadas plenipotenciarias, la canciller María Ángela Holguín y María Paulina Riveros, en la delegación de las FARC no hay ninguna.  Sin embargo, considero que la creación de la Sub-comisión de Género es una victoria del movimiento de mujeres. 

Por otro lado, hemos logrado que vayan mujeres a La Habana en las delegaciones de víctimas. Si no hubiéramos hecho incidencia, la mayoría de las delegaciones hubieran sido masculinas aunque el nivel de afectación en las mujeres es superior.

 

FLM- Volviendo al documento, ustedes sugieren que haya representación de las mujeres en la Comisión de la Verdad ¿En qué consiste esa propuesta?

B.Q-  Lo que proponemos es que dentro de la Comisión de la Verdad haya una Sub-comisión donde se discuta el tema de la violencia sexual en el marco del conflicto armado y que sea conformada de la manera más equilibrada posible en cuanto a representación de las mujeres. La intención es que, si estamos hablando de que la paz nos servirá para tener un país más democrático y más equitativo, la Comisión de la Verdad nos ayude a erradicar la violencia y la discriminación por razones de género. Proponemos que todas las instancias de construcción y discusión sobre la paz tengan una confirmación paritaria.

 

FLM- Llama la atención que el documento propone que se generen condiciones para que las mujeres víctimas de violencia sexual reciban ayudas que les permitan no solo superar el trauma, sino lograr condiciones para su desarrollo y el de sus familias, incluyendo los hijos producto de la violación ¿En qué se basa esa propuesta?

B.Q-  Partimos de la base de que hay que atender a las víctimas de violencia sexual y sus familias. Son mujeres que tienen grandes afectaciones. Parte de lo que pedimos es que la sociedad tenga mucha imaginación para buscar reparación y mecanismos de no repetición para ver cómo resolvemos este problema, y lograr que las victimas salgan de esta condición. 

 

FLM- También sugieren que se apliquen penas privativas de la libertad a los victimarios, pero no en las cárceles…

B.Q- La resistencia de los guerrilleros a pagar penas privativas de la libertad es comprensible, nadie en Colombia debería estar preso en esas cárceles, que tienen condiciones infrahumanas y no ofrecen la posibilidad de resocialización. Lo que proponemos es buscar alternativas para que haya sanción, pero abriéndole un poco de camino a la paz. La sociedad debe buscar estrategias diferentes, se ha hablado, por ejemplo, de granjas agrícolas; pero es importante que haya  sanción y penas privativas de la libertad. En este punto es importante saber hasta dónde puede llegar la sociedad por la consecución de la paz, porque si no logramos negociar las sanciones, la paz puede ser muy frágil jurídica y políticamente.

 

FLM- Finalmente, ¿Cuál cree que sea el motivo de que en Colombia no haya equidad de género?

B.Q- Aún no se ha conseguido la igualdad o la equidad de género para Colombia. Adicionalmente, la guerra afecta la posibilidad de avanzar en la garantía de los derechos a la igualdad y la equidad;  En Colombia por ejemplo, los hombres llevan 200 años de ejercicio de ciudadanía y por lo tanto de participación política, nosotras llevamos  solo 70.  Hemos tenido muchos avances, pero aún nos falta mucho por construir. Esperamos que en este proceso de paz podamos cambiar y avanzar,  incluyendo la agenda de las mujeres en la agenda democrática del país.