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Pueblos, Resistencia y Estado
Este es un producto comunicativo interactivo que permite descubrir y comprender qué pasa con la defensa de los derechos étnico territoriales de las comunidades Embera Katío del Alto Andágueda y de las comunidades afrocolombianas del Alto Atrato, en el departamento de Chocó, Colombia.
Aquí sus habitantes cuentan sus historias y la forma en que ven su territorio. Sus voces expresan la alegría que les produce vivir en uno de los departamentos más fértiles del país, pero también muestran la preocupación por el deterioro ambiental, las afectaciones en la salud y la falta de garantías para el cumplimiento de sus derechos individuales y colectivos.
Historias de vida
- La primer Mayora del pueblo Embera Katío
Por Diego Álvarez
Consultor de comunicaciones.Jaiwēra* tenía 13 años cuando decidió huir a la guerrilla porque no quería casarse. Su padre, un indígena Embera-katío muy aferrado a sus costumbres ya había acordado con otra familia la unión de su hija que desde muy pequeña sabía que lo suyo no era casarse y tener hijos.
Cuando piensa en esto, Jaiwēra recuerda que desde muy niña le interesaba lo que hacían los hombres de su comunidad: “siempre he querido ser lideresa. Cuando tenía 10 años a mí me preocupaba todo lo de mi comunidad. Cuando se ponían a hablar yo quería decir muchas cosas, entraba y me ponía a mirar y anotaba. Siempre practicaba sola o hablando con otra persona. Yo veía hablar a una mujer negra o blanca y me preguntaba en qué momento podré hablar así como ella. Creo que este siempre iba a ser mi camino, porque yo siempre estaba estudiando. Quizá a este tiempo estaría estudiando en la universidad o habría terminado… quién sabe.”
Jaiwēra, tiene 25 años y es lideresa de varias comunidades indígenas del pueblo Embera Katío en el Alto Andágueda en el municipio de Bagadó, Chocó. Nació en Irakal, una comunidad ubicada en un territorio ubicado a 13 horas de Quibdó, al que se llega después de un recorrido de tres horas en carro y diez horas caminando por pantanos, trochas, ríos y montañas, y donde las condiciones de vida son difíciles, los derechos básicos constantemente vulnerados y la presencia del Estado casi inexistente.
Su historia es la de una niña indígena que teniendo pocas opciones y oportunidades, fue convencida de unirse al Ejército de Liberación Nacional – ELN, pues esto la ayudaría a cumplir su sueño de educarse y ser una líder en su territorio. Sin embargo, en el año 2012 decidió escapar porque extrañaba a su familia y a su gente. Para Jaiwēra, pertenecer a este grupo fue una experiencia agridulce donde aprendió sobre cuáles eran sus derechos, pero también aprendió a vivir con la incertidumbre de que su vida en cualquier momento podría terminar.
A pesar de esto, Jaiwēra tuvo la suerte de poder volver a su comunidad y hoy cursa el grado once en el colegio y se prepara para convertirse en lo que siempre quiso, a hoy es la única lideresa Embera-Katío que en los próximos años podría convertirse en Gobernadora y hacer parte del Cabildo Mayor: “a mí los hombres ya me conocen como lideresa. Los gobernadores me dicen: Oiga, póngase pilas y termine rápido y estudie derecho y nosotros la ponemos a usted como cabildo mayora para que lidere esta zona. Para que usted recorra todas las comunidades y forme mujeres como usted. Porque si usted se muere no hay quien defienda el territorio” comenta orgullosa.
Sobre la sentencia 007 por la cual el Tribunal Superior de Antioquia tomó una histórica decisión que protege los derechos ancestrales de los indígenas Embera Katío, en el Alto Andágueda, cuyas tierras eran disputadas con empresas mineras que pretendían explotar esos predios, Jaiwēra se muestra preocupada: “la sentencia habla de 57 órdenes, algunas se han cumplido y otras no. Unas organizaciones cumplen a medias. También me preocupa que muchos de los líderes están buscando que se promueva la explotación indebida de minas, y eso es preocupante porque la sentencia podría caerse y nos veríamos afectados. También, es preocupante que los mismos indígenas estén buscando desbaratar la sentencia: si yo como lideresa exijo que nos brinden salud, me dirán que no porque nosotros mismos estamos contaminando nuestro territorio.”
Con todas estas preocupaciones, Jaiwēra sigue trabajando incansablemente, formándose y capacitando a su comunidad y resalta el trabajo que se ha realizado en el proyecto “Chocó: derechos territoriales, etnias y paz” donde la Federación Luterana Mundial, en consorcio con la Pastoral Social de la Diócesis de Quibdó y la Comunidad de Juristas Akubadaura, capacitan a estas comunidades en diferentes temas para fortalecer y promover nuevos liderazgos: “Las capacitaciones que hemos recibido gracias a la Federación Luterana Mundial, le han servido al pueblo Embera; son herramientas que nos han servido para defender nuestro territorio y nuestros derechos indígenas.”
Finalmente, con un ademán de agradecimiento extiende una preocupación camuflada como petición a las organizaciones que actualmente visitan su territorio: “para nosotros es importante que estos talleres y formación continúen hasta que seamos capaces de autocapacitarnos y defendernos nosotros mismos… que nos sigan fortaleciendo”.
*El nombre ha sido cambiado por seguridad y protección.
- El Estado sigue sin cumplirle al pueblo Embera Katío del Alto Andágueda