“Perder lo poco que uno tiene por causa de una inundación es muy duro”

Alexis Mendoza y su familia fueron algunos de los beneficiarios de la entrega de 260 filtros de agua que FLM y ACT Alliance llevaron a cabo en Saravena a principios de octubre, para que puedan mejorar sus condiciones de salubridad después de las graves inundaciones de mayo y junio. Foto: FLM/ N. Rojas

Alexis Mendoza es agricultor de profesión y tiene 39 años. Vive con su madre, su esposa y sus tres pequeños hijos en la vereda Cobalongos del municipio de Saravena, en el departamento de Arauca, ubicado al oriente de Colombia, en la frontera con Venezuela.

La de Alexis fue una de las 1.296 familias sarareñas afectadas por las inundaciones ocasionadas por el desbordamiento de los ríos Arauca, Bojabá, Madrevieja y Banadías durante los meses de mayo y junio de 2015.   

“Una cosa es contarlo y otra es vivirlo. Es difícil perder los animalitos y que los cultivos se dañen. Es muy poco lo que uno tiene y, encima, la naturaleza nos castiga de esa forma”, dice. Él y su familia perdieron sus cultivos de cacao, plátano y maíz, que siembran para el sustento y cuyos excedentes venden para generar un poco de ingresos.

Aunque las inundaciones ocurren todos los años, usualmente son leves y ayudan a mantener la fertilidad de la zona. Sin embargo, estas alcanzaron un nivel y una duración sin precedentes, lo que es motivo de preocupación entre los pobladores.

Además de las pérdidas materiales, las inundaciones trajeron consigo enfermedades asociadas a la falta de calidad y acceso al agua potable. Por eso, en el marco de un proyecto financiado por el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea- ECHO y ACT Alliance, la Federación Luterana Mundial- FLM Programa Colombia entregó a principios de octubre de este año 260 filtros de agua a igual número de familias, incluida la de Alexis, para que puedan mejorar sus condiciones de salubridad.

Durante el mes de noviembre 627 familias más recibirán estos filtros, además de capacitación y acompañamiento por parte del personal humanitario de la FLM en temas de agua, saneamiento e higiene, medios de vida sostenibles y gestión del riesgo, para que estén preparadas ante eventuales nuevas emergencias.

Alexis dice sentirse aliviado y agradecido por la ayuda recibida: “Les agradezco en nombre de mi comunidad. Estas ayudas significan mucho para nosotros, pues no habíamos recibido apoyo de nadie hasta que ustedes vinieron”, dice. "Para mí, ustedes son una mano amiga que se extiende sin ningún interés, sin pedir nada a cambio. Nos han mostrado que hay una luz al final del sendero”.

Este agricultor cuenta que ahora están más tranquilos porque ha pasado el tiempo y han podido superar esta situación, pero temen que las graves inundaciones se repitan: “Hemos perdido la tranquilidad”, dice. “Nací y fui criado en este pedacito de tierra y nunca nos había sucedido eso, estamos pensando qué va a ser de nosotros el año entrante”.

Alexis ha vuelto a cultivar, pero tiene dudas sobre el futuro. Ha tenido que incurrir en deudas para poder asumir los gastos ocasionados por las pérdidas. “Algunos vecinos incluso han pensado en irse porque tienen miedo, pero no saben o no tienen a dónde. Es muy difícil”, añade con semblante preocupado.

A pesar de todo, él, su familia y sus vecinos están dispuestos a seguir adelante y a poner de su parte para que la situación mejore. Alexis es consciente de que un uso adecuado del filtro que les fue entregado les ayudará a mejorar su salud y bienestar.