La paz desde el territorio: Hablan las víctimas de Bojayá

“la paz debe construirse desde los territorios. Nosotros mismos, que hemos sido víctimas, tenemos mucho que aportarle a este proceso. El evento del 6 de diciembre nos enseñó que la conciencia es lo más bonito que uno tiene y cuando uno se siente libre, está tranquilo”, dijeron las víctimas de la masacre de Bojayá. Foto: FLM/W. Paredes

“la paz debe construirse desde los territorios. Nosotros mismos, que hemos sido víctimas, tenemos mucho que aportarle a este proceso. El evento del 6 de diciembre nos enseñó que la conciencia es lo más bonito que uno tiene y cuando uno se siente libre, está tranquilo”

Víctimas de la masacre de Bojayá

 

Los resplandores producidos por descargas eléctricas que aparecen y desaparecen de un momento a otro, conocidos como relámpagos, han servido de inspiración. También, para ilustrar la forma en que las víctimas de la masacre de Bojayá no quieren que se considere la guerra que se ha vivido en su territorio y en todo el país. Así lo expresaron los y las representantes del Comité de Víctimas de Bojayá durante la presentación del libro “La Guerra no es un Relámpago”, escrito por el periodista español Paco Gómez Nadal. 

Según se dijo en el evento, el libro fue escrito en el marco del proceso de reconocimiento de responsabilidades por parte de las FARC, el Gobierno y las víctimas, producto del proceso del diálogo y negociación para poner fin al conflicto que se está llevando a cabo  en La Habana. Durante la presentación, las víctimas se reunieron en la misma capilla donde sucedieron los dolorosos hechos del 2 de mayo de 2002. Allí se reencontraron con los sentimientos, temores y angustias que vivieron durante aquel fatídico día, conviertiendo a la capilla en un lugar simbólico que invita a fortalecer la esperanza para superar el conflicto armado.

De la misma manera en que lo hicieron días después del encuentro con sus victimarios el pasado 6 de diciembre de 2015, las cantadoras de Pogue expresaron sus sentimientos tras la muerte de sus seres queridos y de los de muchos habitantes de Bojayá a través de los alabados. A través de esos cantos, manifestación pura y auténtica de su cultura y sus raíces, dijeron sentirse azarados, con miedo, pero también con la esperanza de que los otros  actores involucrados en la masacre vayan por su propia voluntad, y sin que nadie se lo imponga, a pedir perdón.

En el libro, Paco Nadal recoge los testimonios de las víctimas, por ello quien lo lea va a acercarse al relato de cerca de 86 de ellas, en su propia voz, quienes de forma voluntaria revivieron la experiencia y expresaron lo vivido antes, durante y después de lo que ha sucedido casi 14 años después de la masacre.

Los cantos, alabados y expresiones artísticas y culturales son algunas de las formas en que las organizaciones podemos hacer acompañamiento psicosocial, pues con ellos se sacan a flote los sentimientos y se contribuye a sanarlos. Las víctimas insisten en que la paz solo es posible si vamos juntos agarrados de las manos, si se quiere trabajar con todos, sin dejar a nadie de lado; y nos recuerdan que somos hermanos, que también somos la voz de los pueblos afectados y afligidos. Las victimas de Bojayá nos invitan a aprender que los conflictos se pueden resolver sin armas y sin rencores.