La Federación Luterana Mundial (FLM) manifiesta su beneplácito y apoyo al inicio de conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional- ELN
PRONUNCIAMIENTO DEL SECRETARIO GENERAL DE LA FEDERACIÓN LUTERANA MUNDIAL
Rev. Dr. Martin Junge
La Federación Luterana Mundial (FLM) manifiesta su beneplácito y apoyo al inicio de conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)
Ginebra/Bogotá, abril 4 de 2016. La Federación Luterana Mundial (FLM) manifiesta su beneplácito y apoyo al anuncio del pasado 30 de marzo por parte del Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de dar inicio a una Mesa de Conversaciones de Paz. Como conocedora de las graves consecuencias humanitarias y el enorme impacto que tiene la confrontación armada en la población civil, estimamos de gran relevancia el inicio de diálogos entre el Gobierno colombiano y el ELN tendientes a poner fin al conflicto y, por tanto, al sufrimiento de miles de personas en toda Colombia.
La Federación Luterana Mundial desea destacar lo siguiente:
- Consideramos que las partes deben aprovechar esta oportunidad coyuntural para construir una sociedad nueva en la que los conflictos se diriman a través del diálogo y no de las armas, y en la que se favorezca la participación democrática de todos los sectores de la sociedad.
- Instamos a las partes a tomar medidas para el desescalamiento del conflicto y la desmilitarización de los territorios.
- Consideramos que la apertura de un proceso de diálogo y negociación con el ELN representa una importante oportunidad para discutir temas pendientes en el debate nacional, como los conflictos medioambientales, la gestión de los recursos naturales y minero-energéticos, la explotación de hidrocarburos, y la necesidad de un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible que respete los derechos y garantice los medios de vida de las poblaciones campesinas, indígenas y afrodescendientes.
- Creemos necesario que esta mesa de diálogo amplíe el debate sobre los derechos de las comunidades a la tierra y el territorio, pues es de vital importancia transformar y fortalecer al país rural para prepararlo para la paz.
- Urgimos a que la paz esté relacionada con la justicia social, la dignidad y la garantía del respeto a los derechos humanos. El conflicto armado no puede seguir siendo excusa para que se continúen desatendiendo las necesidades y derechos de la población empobrecida y vulnerable y, más bien, deben emprenderse todas las acciones orientadas a su desarrollo e inserción, por fin, en el conjunto de la sociedad colombiana.
- Esperamos que en este proceso la participación de las mujeres sea asegurada y se incluyan sus demandas y necesidades en la agenda.
Instamos a las partes a que la agenda convenida traiga verdadero alivio a las personas y comunidades afectadas por el conflicto; tenga en cuenta sus necesidades y esté orientada a garantizar verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para ellas. Del mismo modo:
- Pedimos garantías para nuestro trabajo como actores humanitarios neutrales en el país, al servicio de las personas y poblaciones más vulnerables, remotas y con mayores necesidades.
- Somos conscientes de que un proceso de negociación de tal envergadura requerirá del apoyo de la comunidad internacional, por lo que ofrecemos nuestra mejor disposición y más firme voluntad de colaborar con nuestro conocimiento y experiencia acumulada en el país como organización humanitaria y de desarrollo.
- Como comunión de iglesias y organización basada en la fe, apelamos a los valores cristianos de lucha por la igualdad, por la dignidad, por la justicia y la paz, con especial atención a los sectores y personas más marginadas y humildes. Consideramos que, aunque puedan diferir en su interpretación y aplicación, estos valores pueden constituirse en una importante base común para el acercamiento entre las partes.