Comunicado a la opinión pública sobre la situación en Bojayá

Comunidad de Pogue, Bojayá. Foto: Germán Moreno FLM

 

Quibdó, 07 de enero de 2020. La Federación Luterana Mundial, Programa Colombia, presente por más de 10 años en el departamento de Chocó y con una presencia continua en el municipio de Bojayá, expresa su preocupación por la situación de confinamiento, amenazas y ocupación que están sufriendo las comunidades por parte de actores armados ilegales.

 

Como organización internacional de atención humanitaria y desarrollo, presente en el territorio, hemos venido dando seguimiento en el último año junto con otras organizaciones a la situación de violencia sostenida y de vulneración de derechos que se vive en el departamento, primero mediante una misión humanitaria con más de 10 organizaciones internacionales realizada en junio 2019, y luego por medio de una visita con periodistas de medios nacionales e internacionales en diciembre 2019.

 

Fruto de estos esfuerzos de acompañamiento y de las denuncias recurrentes de las organizaciones étnico territoriales de la zona sobre las violaciones de derechos humanos actuales y de los posibles riesgos, hoy, como Federación Luterana Mundial, nos permitimos llamar al Gobierno Nacional a:

 

  • Garantizar no solo la seguridad sino el acceso efectivo a servicios básicos y garantía de los Derechos Humanos de la población, con presencia estatal civil y no únicamente militar.
  • Respetar y garantizar la vida, la integridad y la autonomía de los pueblos étnicos, los líderes y lideresas del Chocó, quienes han sido amenazados en los últimos días por los actores armados ilegales que se disputan el control territorial, pero quienes además corren un riesgo constante por su labor de denuncia y defensa de los territorios.
  • A la Fuerza Pública, le hacemos un llamado a garantizar los Derechos Humanos y el respeto al Derecho Internacional Humanitario, en la preparación y realización de sus operativos.

 

Insistimos en que la sistematicidad del conflicto que se vive en el Chocó, debe ser tratada con respuestas estructurales e integrales, más no coyunturales, sólo de esta manera las comunidades podrán vivir en paz en sus territorios.