Agua limpia para las comunidades Embera Dobidá del río Capá

 

“Me siento muy bien de recoger agua lluvia y tener un filtro para limpiarla, porque tomar agua del río es un peligro por la suciedad de las comunidades”. Alonso Tapi Charrero y Celina Olea Tapia son indígenas de la etnia Embera Dobidá, oriundos del municipio de Lloró. Él nació en la comunidad de Mindó que se ubicaba en la cabecera de la quebrada del mismo nombre, y ella en la comunidad de Wanchirado ubicada en la ribera del río Mumbaradó; ambos afluentes del río Capa. Al unirse realizaron su vida en Mindó formando una gran familia.

Alonso es un líder activo en su comunidad por su capacidad de interlocución, así como agricultor de diversidad de musáceas, maíz y frutales de la región como piña, bacao entre otros. Junto a Celina trabajan diariamente desde las primeras horas de sol para recolectar el pan coger con el que alimentan a sus hijos e hijas.

En 2010 su comunidad vivió difíciles circunstancias a causa de los enfrentamientos cercanos entre el Ejército de Liberación Nacional –ELN y el Ejercitó Nacional de Colombia, lo que la llevó a desplazarse a la boca de la quebrada y reiniciar una nueva vida, debido a esto, hoy la comunidad se llama Boca de Mindó. Desde que viven allí su vida ha sido más tranquila por su ubicación sobre la ribera del río Capa y la cercanía a la cabecera municipal de Lloró.

Boca de Mindó fue una de las comunidades a donde la Federación Luterana Mundial llegó a finales del año 2016, para conocer de cerca su vulnerabilidad a las acciones relacionadas con el conflicto armado, situación que no había sido visibilizada ni atendida de forma pertinente. Este primer acercamiento permitió conocer no sólo sus necesidades persistentes sino también la zozobra de las familias por la permanencia de los actores armados en el territorio. Alonso mira a Celina y le dice con complicidad: “cuando vivíamos en cabecera nunca recibíamos visitas de organizaciones, ahora se siente muy bien porque podemos comunicarnos muy fácil”, ella lo mira y asiente con una sonrisa.

Es así como este año, a través del proyecto Asistencia Humanitaria para poblaciones en riesgo en el Pacífico Colombiano y Arauca, financiado por la Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea, fueron beneficiadas 314 familias ubicadas en la cuenca del río Capa, entre estas la familia de Alonso.

Uno de los ejes temáticos del proyecto fue el componente de agua, saneamiento e higiene, que identificó como riesgos principales la transmisión de enfermedades diarreicas y la exposición de mujeres, niños y niñas al encuentro con actores armados con sus posibles consecuencias; falta de acceso a agua no potable, evidenciada por el consumo permanente de agua de río y quebradas; baja capacidad de almacenamiento de agua lluvia en cada familia; falta de conocimientos o sistemas para la purificación de agua; condiciones ambientales hostiles que imponen prácticas inadecuadas de higiene personales y familiares, acentuadas por las tradiciones familiares y comunitarias; y la ausencia de instalaciones sanitarias.

En este sentido, el componente facilitó el aumento de la capacidad de almacenamiento de agua lluvia y filtros caseros de arcilla para su purificación, junto a la promoción de prácticas de higiene para la prevención de enfermedades de origen hídrico y sanitario. Celina dice en lengua embera “me siento muy bien de recoger agua lluvia y tener un filtro para limpiarla porque tomar agua del río es un peligro por la suciedad de las comunidades”, Alonso apoya este pensamiento señalando que cuando tomaban el agua de río sin ningún tratamiento se sentían enfermos, “mis hijos vomitaban y vivían con diarrea, y ahora están bien”.

Recibir ayuda de organizaciones como la Federación Luterana Mundial es algo que ha transformado la perspectiva de vida de Alonso, porque le ha permitido tener acceso a nuevos conocimientos, agradece constantemente la gestión de la FLM y pide que su comunidad no sea olvidada. Asevera que Boca de Mindó está conformada por familias unidas, trabajadoras y felices a pesar de que saben que viven en medio del conflicto armado, una razón de peso que los hace sujetos de mayor acompañamiento para acceder a sus derechos.