El Centro Agroambiental de la Biodiversidad Etnocultural para el Etnodesarrollo Regional del Chocó (CABECH) lidera el cuidado y protección de la Reserva Natural El Guayacán del corregimiento de San Isidro, en el municipio de Rio Quito, situado al noroeste del departamento del Chocó. La Reserva surgió como respuesta a las necesidades de protección de la biodiversidad y cultura de Rio Quito, afectado por la minería ilegal de oro, la violencia de grupos armados, la contaminación de río y la extinción de su fauna y flora; se estima que hay más de 100 tipos árboles y plantas en la reserva, que actualmente cuenta con 12 mil hectáreas.

Esta iniciativa medio ambiental apoyada por FLM, vincula también a la Institución Educativa Antonio Angles.

Antonio Angles, que junto al CABECH movilizan una estrategia de cinco componentes: lo curricular, que articula los conocimientos que se generan en la granja y en la reserva para llevarlos al aula de clase; la comunicación, para dar a conocer las experiencias que desarrolla; el productivo, que se desarrolla a partir de una granja en donde se crían gallinas y cerdos que son comercializados para su consumo y, por último, lo más importante que es la protección de la reserva.

Gracias a este trabajo la Minga Ambiental como se auto reconocen las personas que hacen parte del CABECH, se han logrado vincular a más a cerca de 300 jóvenes de los grados sexto a undécimo a este proceso que se constituye en un aula viva para la formación en sostenibilidad ambiental.

En el marco de esta estrategia de conservación y protección en 2024, FLM apoya el fortalecimiento de 4 iniciativas productivas agrícolas con productos de la zona como achín, yuca, musácea, cítrico y 4 proyectos productivos pecuarios cerdos, gallina, pato y peces. Estas iniciativas, se conectan con los objetivos de conservación y protección ambiental de la reserva en el largo plazo.

Jóvenes embajadores ambientales del Chocó

 

La vida de cerca de 300 jóvenes, quienes se han sumado al movimiento ambiental del CABECH a partir del grado sexto.  Este es el caso de Heidy, Meiby y José, jóvenes quienes comparten la preocupación e interés por el cuidado de los recursos de la Reserva el Guayacán: “Todo esto que vemos es lo que tenemos, lo que nos ha dado la madre tierra y es nuestro deber cuidar y preservar”, expresaron los jóvenes.

Para Heidy, Meiby y José acceder a la educación secundaria es un reto, esta población tiene un 98 % de necesidades básicas insatisfechas, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). El municipio de Rio Quito tiene problemas grandes de infraestructura física y dotación educativa, a lo anterior se suma la falta de cupos en el sistema educativo para las y los jóvenes de este municipio, así como el inicio temprano en actividades productivas.

Ser parte de CABECH, para Meiby, es la oportunidad de retribuir a sus ante pasados todo el trabajo que, en su momento hicieron por el medio ambiente, “Me siento muy orgullosa de todo lo que hemos logrado con el CABECH, me identifico con nuestras acciones, amo aprender de manera diaria sobre el medio ambiente y la biodiversidad”.

Para estos jóvenes, el ser parte del CABECH es la oportunidad perfecta para compartir, aprender, reconocer y ser uno con la naturaleza que les rodean. Así como ellos lo reconocen, “antes del CABECH solo dedicábamos nuestros días a ver pasar el tiempo, ahora los días son emocionantes y llenos vida”.

Como Heidy, Meiby y José, son cientos de jóvenes vinculados a la Reserva Natural el Guayacán, quienes invitan a los habitantes de Río Quito y del Chocó, a tomar medidas que contraresten los daños al medio ambiente y a la biodiversidad. Según este grupo de jóvenes, “El futuro nos va doler mucho si no tomamos acciones ahora”.

Para el profesor Fabio Perea, de la Institución Educativa Antonio Angles, el trabajo que adelantan junto a CABECH es posible gracias al apoyo que han recibido de la Federación Luterana Mundial programa Colombia y Venezuela, así como del sector académico encabezado por la Universidad del Rosario, entidades que han hecho posible desplegar la estrategia de protección y conservación a los corregimientos de La Soledad, Guayabalito, San Isidro y Bosque de Paimadó.

“Actualmente siento orgullo por el trabajo que hemos realizado con cada niño, niña, adolescente y joven, que ha hecho parte de este proyecto, es gratificante verlos en acción, escuchar sus experiencias y sobre todo aprender junto a ellos. Esto es el CABECH y es motivo de orgullo para nosotros como docentes y sobre todo para el Chocó y Colombia”, concluyó el profesor Fabio.

FLM comprometida con la Reserva El Guayacán

 

Desde su creación en 2016, el CABECH ha involucrado a la población de Río Quito a través del Grupo Ecológico, una iniciativa de la institución educativa Antonio Angles que promueve la capacitación en el cuidado del medio ambiente, el reconocimiento de la fauna y flora, y el desarrollo de habilidades. Este grupo cuenta con el apoyo de los docentes, quienes integran acciones educativas en su currículo, permitiendo que los estudiantes vean el medio ambiente como una oportunidad de crecimiento.

Desde 2022, la FLM ha fortalecido esta iniciativa mediante capacitaciones en educación ambiental dirigidas a docentes y estudiantes, promoviendo la participación de las comunidades locales en la gestión y protección de recursos naturales. Se han involucrado consejos comunitarios y autoridades locales en la toma de decisiones y conservación. Además, la FLM apoya el empoderamiento y protección de mujeres y niñas, así como la participación de hombres y niños en programas de sensibilización sobre la conservación del medio ambiente a través de talleres y actividades que destacan el papel de las mujeres en estos procesos

En nombre de la Federación Luterana Mundial y de todas las comunidades beneficiarias de nuestro Medios de vida, protección y construcción de Paz, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento por su generoso apoyo. Gracias a su compromiso y contribución, podemos empoderar a mujeres, niñas y grupos marginados étnicos en situación de vulnerabilidad, brindándoles oportunidades de acceso a activos productivos e infraestructuras, mitigación y adaptarse a los efectos del cambio climático. Además, su apoyo ha sido fundamental para fortalecer los sistemas de protección comunitarios y garantizar que los derechos de las poblaciones más marginadas sean respetados.

Esperamos poder seguir contando con su respaldo en el futuro, ya que su contribución es esencial para continuar transformando vidas y construyendo comunidades más resilientes y justas. Juntos, podemos seguir haciendo la diferencia y construyendo un mundo más equitativo y sostenible para todos.